jueves, 14 de febrero de 2013

Instantes de vida

En este señalado día, ya sea por ansiado o deliberadamente ignorado, quisiera apartarme un poco del camino más transitado y hacer mi homenaje particular, ya no sólo a los enamorados de una forma romántica, sino en un sentido más amplio a todas aquellas uniones que, independientemente de su extensión en el tiempo y el espacio, nos hacen sentir intensamente vivos en momentos puntuales.

Haciendo balance entre San Valentín y San Valentín, este año guardo en la mochila un puñadito de momentos muy especiales, algunos puntuales y otros más extensos, pero todos tienen en común que el tiempo se ha contraído y densificado de una forma completamente vertiginosa e inesperada. Momentos en los que he sentido una comunión con otra persona, en lo que he sentido que todo encajaba y la rueda giraba. Instantes que escogería sin dudar un segundo si tuviera que elegir entre estos y periodos de existencia anodina, aunque, aparentemente, más completa.

Sería ingenuo pensar que sólo se puede vivir con los más intensos, y en parte son el bullicio mental y la incertitud de los periodos de inflexión los que permiten apreciar y disfrutar la serenidad y la magia que aportan estos instantes tan especiales cuando llegan.

A veces las circunstancias hacen que los caminos se separen, pero el poso de los sentimientos compartidos, de la complicidad, permanece y nos construye. Por este motivo, mi homenaje es hoy para aquellas personas que hacen posibles estos instantes. Que se arriesgan a acelerar los acontecimientos luchando contra viento y marea, sin miedo a lo que dure o aguarde después, haciendo crecer exponencialmente la llama de vida que hay en nosotros y produciendo una calurosa explosión de luz.

¡Felices Amores a todos!



No hay comentarios:

Publicar un comentario