viernes, 11 de octubre de 2013

¿Cuánto importa la distancia?


Si a la dificultad de encontrar una persona afín en gustos y valores en un contexto vainilla le sumamos un sentir tan particular como el nuestro en el nivel más íntimo, en el que las necesidades de comunicación y conexión pueden llegar a ser de una intensidad incluso más fuerte que en el primer caso, ¿cuál es la probabilidad de encontrar a quien lo quiera vivir como sentimos y deseamos en nuestro entorno más próximo? ¿Hasta qué punto merece la pena descartar opciones alegando la distancia como motivo?


Sin ánimo de banalizar sobre el ingente acopio de energía que hay que hacer para mantener una relación con una considerable cantidad de kilómetros de por medio, y partiendo de que de poder elegir y en igualdad de condiciones, la gran mayoría se quedaría como es obvio con la calidez del tacto de la piel, ¿compensa sacrificar una mayor conexión emocional en pos de una cercanía más... terrenal ?

Aclaro que con esto no estoy hablando de un enfoque místico del bdsm en el que los instintos más primarios quedan relegados a un segundo plano, nada más alejado de mi intención. Siempre he visto claro que hacemos esto por unos motivos u otros pero, en último término, porque nos excita de una forma tan agresiva que no podemos ignorarlo. Y esta forma tiene una manifestación física.

Sin embargo... ¿nunca os ha pasado que personas a las que véis poco pero que os conocen bien detectan cuando tenéis un mal día en los primeros segundos de una llamada telefónica, cuando personas con las que compartís café diario casi hasta han elogiado vuestro buen aspecto? Pues a eso me refiero...


Esto me lleva a pensar en la calidad del tiempo y las sensaciones compartidas. A veces parece que tener cerca físicamente a tu Amo/sumisa implica que también lo esté anímicamente, pero permitidme que tenga mis reservas respecto a esta relación. Si sólo se buscan encuentros esporádicos con poca implicación emocional tal vez lo más lógico sea no complicarse la vida más de la cuenta, pero en el caso contrario... ¿hay tantas posibilidades de poder llegar a satisfacer una necesidad tan compleja cerrando el círculo por sistema? ¿No proporciona más calor, más seguridad y más orgullo el saberse parte de un vínculo sólido en el que las emociones son compartidas y transmitidas tal y como las sentimos, aunque físicamente se esté lejos, que el tener una cama caliente al precio de renunciar a vivirlo como nos pide nuestro instinto? 

¿Cómo lo véis vosotros?





3 comentarios:

  1. Hola lione, al leerte me siento identificada con tus letras porque yo vivo algo como lo que describes, debo decir por eso que yo he optado por vivirlo en contadas ocaciones en un real y a diario con llamadas,emails,chats... pienso que en mi caso, nadie me conoce mejor y sobre todo que al estar fisicamente lejos,nos permite valorar mucho todo lo demas, para una sumisa que logra dar con un Amo que te dice: eres lo que deseo y estaba buscando (y te lo demuestra con hechos),que esta a tu lado,que juntos lograís ser felices, no hay nada comparable a eso...así que no solo merece la pena,si no que me siento afortunada de vivirlo,con todos sus contra,besitos y gracias por escribir tan bonito.,

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  2. Gracias a ti alexia {All} por compartir tu forma de vivirlo. Si lo que sentís es real... ¿lo demás no son sólo diferencias en el medio para obtener esas sensaciones?

    Un beso y que disfrutes del finde... tal vez acortando distancias ;-)

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  3. Como siempre, un depende es la palabra...Yo empecé mi relación sin tener demasiado claro como irían las cosas, hasta que punto seriamos capaces de llevar adelante la relación, y puedo decir que he tenido relaciones cercanas que no me han hecho sentir ni una pizca comparable con lo que siento ahora, aunque la distancia esté de por medio.

    También debo confesar que somos capaces de vencer en muchas ocasiones esa distancia y alimentar nuestro deseo de estar juntos, cosa que también considero importante, al menos para mí...

    Como siempre, es algo muy personal, cada cual tiene que ver si es capaz de sobrellevarlo, si se siente con fuerzas de vencer los obstáculos y asumir las contrapartidas de la distancia.

    No te negaré que añoro muchísimo a mi Señor, que hay momentos en que deseo el contacto mas físico, pero también es cierto que esas pequeñas cosas son superadas con creces por el resto de lo muchísimo que recibo.

    Imagino que lo bueno es no ir con ideas preconcebidas, luchar por lo que sentimos y centrarnos en lo positivo que tiene, que es muchisimo, hasta el punto de que consigues ampliar la forma de sentir para percibir mucho más que en el medio mas físico.

    Si es lo que sientes, no te rindas, céntrate en gozar y en superar las trabas del camino, que en todas las relaciones existen...

    Un fuerte abrazo!

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